Walter Acre estaba caminando de su escuela en Rakkestad hacia su hogar cuando se encontró rodeado de cuatro lobos hambrientos. Cuando parecían estar a punto de atacarlo el niño sacó su teléfono celular y puso a todo volumen una canción de Megadeth.
El estudiante había recibido instrucciones de jamás huir de los lobos. La mejor estrategia es enfrentarlos e intentar hacerlos huír. Y en este caso funcionó a la perfección: al escuchar la música de Heavy Metal los animales se asustaron y se lanzaron en una confundida carrera.
Presumiblemente a la tienda de discos a comprar algo de Pat Metheny.
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